Desde hace poco tiempo hasta
ahora se está empleando el término de ajedrez social y terapéutico, es el
ajedrez dirigido a personas que se encuentran en situaciones de exclusión
social o que bordean la exclusión. Se
aplica, en definitiva, a personas que tienen una necesidad y que mediante el
ajedrez podemos ayudar a mitigar sus problemas.
Nos podemos
referir con esto, por ejemplo, a presos o a personas internas en centros de
menores, personas sin techo, personas
que viven en la marginalidad, personas que reciben acoso en el colegio,
personas mayores… o utilizar el ajedrez para integrar en la sociedad a personas
con déficits o trastornos psicológicos, como por ejemplo personas con autismo,
TDAH, Asperger, en caso de adicciones a sustancias adictivas, Alzheimer,
personas con deterioro cognitivo…
Teniendo una base clara, el
ajedrez social puede ser una herramienta de gran utilidad en todos estos casos.
Para ello, es necesario concretar el grupo de personas demandantes, cuál es su
necesidad y que objetivos nos podemos plantear para acertar con la metodología
a seguir. El mismo proceso que se usaría, por ejemplo, en la psicología
convencional.
Por ello, creo que es
imprescindible tener una idea clara del grupo con el que se va a trabajar, qué
características personales tiene y cuál
es su problemática. Además de tener cierta formación y conocimientos
específicos sobre el problema a tratar.
Una vez tengamos una perspectiva
clara sobre qué actuación debemos llevar a cabo, es hora de plantear los
objetivos y la metodología a seguir, para posteriormente evaluar los resultados
obtenidos con el tratamiento.
Por ejemplo, en el caso de acoso
en el colegio, no se podría hacer ajedrez terapéutico si no conocemos las necesidades
de los niños que sufren acoso o que son acosadores y en qué puede ayudar el
ajedrez a paliarlas.
Es indudable que el ajedrez tiene
muchos beneficios tanto psicológicos como sociales. Mediante su práctica se
desarrollan valores, se produce un crecimiento personal, se entrena la empatía,
la inteligencia emocional, estimulación de diferentes áreas cognitivas…
En conclusión, es la hora de que
el ajedrez social y terapéutico entre a formar parte como una estrategia para
la inclusión e integración social de distintos colectivos que lo necesiten.
Daniel García Sanz
Psicólogo Sanitario y monitor de ajedrez
en el Club de Ajedrez y Tenis de Mesa San Agustín
No hay comentarios:
Publicar un comentario